Hace un par de semanas, mi mejor amiga de toda la vida, Carla, me envió un mensaje furiosa porque no recibió invitación para mi boda. Lo que ella no sabe es que tengo una razón de peso para no invitarla. Hace tres años, durante mi compromiso anterior, Carla tuvo una aventura con mi entonces prometido. Yo la perdoné porque éramos como hermanas, pero desde entonces, algo en nuestra relación cambió. Aunque seguimos siendo amigas, no siento que pueda confiar en ella completamente. Cuando conocí a mi actual pareja, decidí empezar desde cero, lejos de dramas pasados. Mi prometido sabe toda la historia y, aunque no me presionó, dejó claro que no se sentiría cómodo con Carla en nuestra boda. Cuando Carla se enteró, me dijo que estaba exagerando, que ya había pasado mucho tiempo y que “eso no significó nada”. Me llamó inmadura y dijo que estaba destruyendo nuestra amistad por un error del pasado. Ahora estoy confundida. Mi pareja me apoya, pero hay un grupito de amigos en común que dicen que so...
Había un parque en mi ciudad donde el tiempo parecía detenerse. Los bancos, desgastados pero firmes, parecían guardar los secretos de generaciones. Uno en particular, bajo un viejo árbol de jacaranda, era mi refugio cada sábado por la tarde. Allí escribía en mi libreta, dejando fluir palabras que jamás pronunciaría en voz alta. Un día, llegó alguien nuevo. Era una mujer de cabello castaño, piel cálida y ojos que parecían saber cosas que los demás ignoraban. Se sentó en el banco de enfrente, con un libro en las manos. La vi durante semanas, siempre concentrada en sus lecturas, mientras yo hacía garabatos en mi libreta, fingiendo no notar su presencia. Finalmente, reuní el valor para dejar una nota en su banco. Solo decía: "Hola. Me encanta verte leer. ¿Puedo invitarte a un café algún día?" No firmé. La dejé al borde del asiento y me alejé, observando desde la distancia. Al día siguiente, había una respuesta pegada al respaldo del banco: "Hola. He notado tus miradas y me ...