Mi nombre es Valeria y soy artista, me dedico a la venta de pintura de cuadros por internet, hace algunos meses conocí a un chico que comparte las mismas aficiones que yo, el también es artista, músico en realidad, fuimos presentados en una reunión familiar en la que su prima siendo mi amiga nos juntó. Comenzamos a salir, nos caímos bien, el un hombre muy agradable, gentil y con un gran sentido del humor, a donde saliéramos era diversión garantizada.
El toca en un bar de la ciudad y al mismo tiempo se pone en la plaza con su sombrero en el suelo recibe las monedas que la gente gentilmente le dan al pasar. Hace poco me confesó lo mucho que me quiere y que nunca había hallado a una mujer como yo, me expresó una serie de características que yo reunía que me da pena en compartir porque no considero que sea tan especial, pero para él soy su todo.
No puedo negar lo mucho que me gusta y que es un gran hombre que aunque reconozco no tenemos los dos los mejores trabajos del mundo, de alguna manera el amor que sentimos el uno por el otro es algo importante. hace unos días se suscitó lo que más temía, en un restaurante céntrico en la ciudad, nos citamos para cenar, al llegar y ver la mesa tan bien decorada suponía que era una noche especial, no imaginaba lo que se vendría.
Al estar en plena plática sacó de su bolsillo una caja, lo que parecía un anillo, me pidió que fuera su esposa. Me sorprendí, no creí que fuéramos a llegar tan lejos, muy por dentro quería expresarle que sí, que era lo que más deseaba en este mundo, pero me negué, le pedí tiempo, porque tengo muchas cosas que pensar. Al terminar la noche, cada quien se fue para su casa, el desilusionado, lo veía en su mirada, yo triste, por que hay algo que me limita.
Desde pequeña, me habían encontrado una enfermedad rara, una condición genética que según los doctores, me harían vivir solo hasta los 30 años. Tengo 28 años y tengo miedo, no quiero hacerle daño, no quiero que se responsabilice de mi, que se quede con un mal recuerdo, no quiero arruinarle su vida.
Aún no decido que hacer. ¿Debo confesarle mi condición? ¿Lo rechazo y que se olvide de mi?
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