Todo comenzó con un simple error: un perfume que no era mío. Él llegó a casa oliendo diferente, y aunque traté de ignorarlo, algo en mi interior comenzó a sospechar. Pero no soy una persona celosa. Lo dejé pasar. Hasta que una noche, después de estar yo en mi celular, mientras él dormía profundamente, sentí su teléfono vibrar. La notificación decía: "Gracias por tu apoyo, en realidad me haz ayudado mucho." No lo confronté al instante. En lugar de eso, decidí jugar mi propio juego. Fingí no haber visto nada, pero empecé a seguir sus movimientos. Un día, lo seguí hasta la estación de trenes. Estaba segura de que lo atraparía en el acto, pero lo que encontré me dejó sin aliento. Al entrar, no vi a una amante. Lo vi con mi mejor amiga . Estaban abrazados, pero no como amantes. Ella lloraba, y él parecía consolarla. Al salir, confronté a mi amiga antes que a él. Con la voz temblorosa, confesó que él no me estaba traicionando, sino ayudándola. Ella estaba siendo chantajeada por alg...
Comentarios
Publicar un comentario