Todo comenzó con un simple error: un perfume que no era mío. Él llegó a casa oliendo diferente, y aunque traté de ignorarlo, algo en mi interior comenzó a sospechar. Pero no soy una persona celosa. Lo dejé pasar.
Hasta que una noche, después de estar yo en mi celular, mientras él dormía profundamente, sentí su teléfono vibrar. La notificación decía: "Gracias por tu apoyo, en realidad me haz ayudado mucho."
No lo confronté al instante. En lugar de eso, decidí jugar mi propio juego. Fingí no haber visto nada, pero empecé a seguir sus movimientos. Un día, lo seguí hasta la estación de trenes. Estaba segura de que lo atraparía en el acto, pero lo que encontré me dejó sin aliento.
Al entrar, no vi a una amante. Lo vi con mi mejor amiga. Estaban abrazados, pero no como amantes. Ella lloraba, y él parecía consolarla.
Aliviada pero confundida, lo enfrenté finalmente. Él, sin saber que yo ya sabía la verdad, rompió en llanto. Dijo que había cometido un error, pero no con ella: "No puedo seguir mintiéndote. Te amo, pero he estado viéndome con alguien más... y ese alguien eres tú."
Resulta que me seguía un extraño perfil en redes sociales con mensajes románticos. Era él, intentando reconquistarme de una forma diferente, pensando que nuestra relación había perdido chispa.
Y sí, tenía un enamorado secreto en mi facebook, el cual me decía cosas bonitas y al cual yo lo buscaba para sentirme bien.
No sé si perdonarlo por su método o admirar su torpeza romántica. Lo que sí sé es que, después de esto, nunca volveré a ignorar un perfume extraño.
Comentarios
Publicar un comentario